Tras una extracción dental, la colocación de un implante o cualquier procedimiento quirúrgico dentro de la boca, los cuidados postoperatorios son esenciales para favorecer una buena cicatrización y evitar complicaciones.
Una alimentación adecuada y ciertas precauciones simples pueden marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una inflamación prolongada o una infección.
🔹 Por qué la alimentación importa después de una cirugía bucal
Durante los primeros días, los tejidos están inflamados, los vasos sanguíneos son frágiles y se está formando un coágulo de sangre que protege la herida.
Comer alimentos suaves, fríos o tibios, y evitar los duros o calientes, ayuda a:
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Reducir el dolor y la inflamación.
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Evitar el desplazamiento del coágulo, que podría causar una complicación llamada alveolitis seca.
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Favorecer la regeneración de los tejidos blandos y óseos.
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Prevenir infecciones al reducir la manipulación y el riesgo de residuos alimenticios en la herida.
🔹 Alimentos recomendados en las primeras 48–72 horas
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Yogurt natural sin azúcar — refresca la zona, aporta proteínas y probióticos.
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Puré de papa o camote tibio — fácil de masticar y alto en energía.
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Sopas o caldos tibios — nunca calientes, para evitar diluir o desprender el coágulo.
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Gelatina o flan — suaves, fríos y con efecto calmante.
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Huevos revueltos suaves o cocidos — buena fuente de proteína sin necesidad de masticar.
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Papillas o licuados de frutas sin semillas (plátano, mango, pera) — sin usar popote.
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Avena cocida o crema de arroz — tibia y de textura blanda.
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Pescado blanco al vapor o desmenuzado — solo cuando la cicatrización inicial haya comenzado.
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Aguacate maduro — suave, rico en grasas saludables y vitaminas.
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Agua fría o suero oral — mantener buena hidratación es clave para la cicatrización.
🔹 Alimentos y hábitos que se deben evitar
Durante los primeros días no se deben consumir alimentos:
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Duros, crujientes o pegajosos (cacahuates, tostadas, caramelos).
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Picantes, ácidos o muy condimentados.
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Extremadamente calientes o fríos.
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Con semillas o cáscaras que puedan quedar atrapadas en la herida.
🔹 10 cuidados esenciales después de una cirugía bucal
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No escupir: el movimiento de succión o presión negativa puede desprender el coágulo, provocando sangrado o alveolitis.
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No enjuagarse con fuerza: en las primeras 24 h, solo dejar caer suavemente el agua; los enjuagues bruscos eliminan el coágulo.
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No sonarse la nariz: en cirugías cercanas al seno maxilar (como extracciones de molares superiores o implantes), puede causar comunicación bucosinusal o salida de aire por la herida.
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No usar popote o pajilla: la succión genera presión negativa que puede desprender el coágulo.
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Evitar fumar o vapear: el calor y la nicotina retrasan la cicatrización y aumentan el riesgo de infección.
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No hacer ejercicio ni esfuerzos físicos intensos durante los primeros 3 a 5 días: puede aumentar la presión sanguínea y reabrir la herida.
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Dormir con la cabeza ligeramente elevada para reducir inflamación y sangrado.
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Aplicar compresas frías en intervalos de 10 minutos durante las primeras 24 horas.
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No tocar la herida con la lengua o los dedos.
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Seguir el tratamiento indicado por el odontólogo: antibióticos, analgésicos o enjuagues según prescripción profesional.
🔹 Cuándo acudir al odontólogo
Debe consultarse inmediatamente si hay:
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Dolor intenso que aumenta después de 3 días.
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Mal olor o secreción purulenta.
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Fiebre o inflamación progresiva.
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Sangrado que no cede.
🔹 Conclusión
La recuperación tras una cirugía bucal depende tanto de la habilidad del profesional como del cuidado del paciente.
Seguir una dieta blanda, fría y nutritiva, junto con reposo y precaución, es fundamental para lograr una cicatrización correcta y sin complicaciones.
Recuerda: el cuerpo sana mejor cuando la boca se mantiene limpia, tranquila y bien alimentada.

